Alma Guerrero
Nací
en familia de artistas, papá pintor, mamá escritora, escuchando a Bethooven,
Bach y los Calchakis; ah! y Janis Joplin; haciendo travesuras en el Museo de la Ciudad, (cómo disfruté pintar las chiches a la sirena de la fuente de
mármol…donde estás?). Escuchar los ensayos de Loló Navarro, y sus regaños por supuesto; ser testigo de la transformación
de Ofelia Guilmain a Sor Juana Inés en los baños del museo, señora mía, qué manera
de entrar en personaje! Ver a José Luis Cuevas con bolso de cuero al hombro, entablado en amena charla intelectual con mis
padres…Observar a Vlady extasiado con la Iglesia del
Cristo- “Ya viste la gama de violetas en su cúpula?”-
Y
decidí, Ja! ser artista. La búsqueda espiritual me llevó fuera de mi país, conocí
gente maravillosa, desde grandes líderes espirituales de la India
hasta personajes como Fritz Millevois.
Todos
ellos me enseñaron pasión y humildad, ésta última todavía no la tengo, pero sí
una gran pasión por la vida misma. Regresar a mi país fue un todo un proceso, pa´ empezar el calor…uff, luego la enfermedad
de mi mamá, el money, el amor…en fin.
Pero la pasión por la vida sigue, y ello me llevó a pintar y pintar como loca desquiciada,
y aunque he tomado cursos por aquí y otro por allá, me considero autodidacta. Aprendo de la música, del teatro, de la poesía,
de mis padres, de mi pareja, de mis amigos, de mis perros y mi loro. Mi obra
está dedicada a todos ellos, a ustedes…a la vida.
Gracias por dejarme
ser.
Alma Guerrero